Sergio

Sergio

domingo, 29 de marzo de 2009

Perdón

Acabo de acostarte. Tras tu dulce sonrisa, y el buenas noches, te pones boca abajo y cierra los ojos. Me has regalado uno de tus adorables besos, que eso sí, cuesta sacarte, pero que llenan el corazón.
Vengo triste a escribir de ti y de mí. Vengo con ganas de pedirte perdón, aunque tú seguro que ni te planteas que tengas algo que perdonarme. Yo sí lo sé. A veces quisiera poder dar marcha atrás incluso en esas pequeñas cosas de cada día, pero a veces, incluso cuando te estás dando cuenta que no lo estás haciendo bien, somos incapaces de frenarnos.
Quiero pedirte perdón porque a veces no soy capaz de tener paciencia.
Quiero pedirte perdón porque aunque lo intente, no consigo separar mis problemas y preocupaciones y dejarlos en el portal de casa.
Quiero pedirte perdón, porque te regaño demasiadas veces, y sé que no es el mejor método para ayudarte a comprender mi mundo.
Quiero pedirte perdón, porque a menudo me encuentro demasiado agotado y me cuesta sacar el tiempo y la paciencia para trabajar contigo.
Quiero pedirte perdón, porque aun me cuesta demasiado entenderte y comprender tu mundo. Quiero pedirte perdón, porque aun no soy capaz de ser feliz aunque tu lo seas.
Quiero pedirte perdón, porque el mundo que te toca vivir es duro y cruel, y todos, también yo, tenemos un poco culpa de ello.
Quiero pedirte perdón por no saber disfrutar con las cosas con las que tu disfrutas.
Quiero pedirte perdón, porque todavía me traicionan las lágrimas y me cuesta mantenerlas controladas.
Pero sobre todo, quiero que sepas que seguiré intentándolo. Que buscaré la forma de controlar mi impaciencia, de olvidarme de mi trabajo cuando estoy contigo, de jugar más a menudo, de sonreír con ganas.
Lo más maravilloso del mundo es cuando vienes corriendo, con los brazos abiertos y tu enorme sonrisa a darme un abrazo.

No hay comentarios: