Sergio

Sergio

viernes, 14 de noviembre de 2008

Jueves 13

Hace mucho que no escribo para ti, Sergio.
Quiero decirte que esta mañana, temprano, cuando iba para el trabajo, vi la luna depositada sobre los picos que en la lejanía decoraban el horizonte. Estaba inmensa y preciosa.
Quiero decirte que me gustaría tanto que tú disfrutaras conmigo de su belleza, que en lo mas profundo de mi corazón siento el peso de la tristeza, como piedras que llenaran mis bolsillos y se empeñaran en arrastrarme por debajo del suelo.
Quiero decirte también, que tal vez si me entendieras, no podría escribirte con tanta sinceridad. Cada minuto duele en el alma, y muchas veces, cuando estoy solo maldigo hasta el aire que respiramos.
También se que otras cosas hermosas si podría decírtelas. Como que lo mejor de mi existencia es poder abrazarte y sentirte agarrado fuerte a mi cuello. Poder darte esos besos que llenan mi alma, y que te dejas de dar, pero que vendes tan caro.
Te diría también que tu risa es para mí, mas hermosa que la mejor música. Que llena los rincones de mi corazón con centenares de rayos luminosos.
Ahora duerme, mi príncipe. Mañana, como cada día, volveré a decirte lo mucho que te quiero.
No se si alguna vez leerás lo que te escribo. Pero no importará. Porque lo más importante de todo eres tú.