Sergio

Sergio

viernes, 19 de septiembre de 2008

Nada

He mirado al cielo. Nubes grises ocultaban la luna. El viento humedo me dice que los últimos días del verano están proximos a diluirse.
Como tantas veces vuelvo a pensar en tí.
Pienso en qué recodo del camino me dejé arrancar la vida.
Busco una rama a la que asirme. Un muro en que apoyarme.
Busco un camino seguro, para llevarte de la mano. Busco la formula para un mañana limpio y claro.
Pienso en lo que tengo, en lo que soy. En lo que puedo darte.
Pero realmente no tengo nada.
Nada mas que mis recuerdos y mis sueños.
Sin ellos no soy nada.
Tengo también tu sonrisa y tu mirada, tan fragiles como mi propia vida, tan sinceras como la muerte.
Nada mas que tus manos y mis deseos. Nada mas que mi amor y tu ilusión. Nada mas que tu risa y mi llanto.
Eso es todo lo que tengo.
Para mi lo es todo.
Aunque no sea nada.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Esperanza

Esperanza. Como tu nombre.
Me parece extraño, aun sumido hasta el cuello en mi pesimismo y mi angustia, animar a nadie a tener esperanza.
Pero es así.
Cuando sientes que le han arrebatado lo que ningún ser humano que merezca llamarse así quitaría a un niño, aun puedo desear que tengas esperanza, que tengamos esperanza. Como tu nombre. Como lo que a ratos yo mismo intento abrigar en mi alma.
Ya han anidado miles de veces en nuestras mentes todo lo malo que tememos que nos traiga el futuro. Hemos temblado temiendo las cosas que estamos seguros de que la vida nos robará, de lo que la gente nos clavará sin piedad en nuestro dolorido corazón. Y pensando que todo puede ser aun peor de lo que imaginamos, a menudo no dejamos espacio para la buena suerte, para la ilusión, para la confianza, para la esperanza.
Es verdad que todo puede ser aun peor. Pero al menos ahora, en este momento quiero sacudir la cabeza y darle una oportunidad al futuro. Quiero soñar, aunque sea un momento. Aunque sea despierto. Aunque mañana llore desconsolado en el hombro de cualquiera que no rehuya mi pena, que no me mire con lastima, o se sienta incomodo como ante un apestado.
Mañana probablemente yo mismo pierda a cada paso la fe y la ilusión. No me lo tengais en cuenta aquellos que me veais hincar la rodilla para recordarme mis palabras de esta noche. Pero dejadme hoy por un momento soñar, y pediros que os unais esta vez a mi sueño.
Mañana puede ser el día de Sergio, de Jesús, de Javier, de Luis, de Raúl, de cualquier otro.
Mañana puede volver a ser feliz, a decir una palabra nueva, a sonreír mas a menudo que el día anterior. Mañana pueder jugar con otros niños, comer solo, compartir sus pensamientos, saltar con los pies juntos, pedir ir a cine, reirse con una broma o mejor aun, de un chiste.
Mañana puede encontrar una mano amiga, un ángel terrenal que amortigue su caída tras un nuevo tropezón, un corazón que guíe sus pasos.
Tal vez sea pasado mañana. Y mañana tengamos que soportar una nueva pequeña herida.
Pero nos levantaremos. Cerraremos los ojos, apretaremos los puños, cogeremos aire con fuerza para llenar los pulmones, y seremos una fuerza implacable de la naturaleza. Un huracán que arrastra, una leona defendiendo sus cachorros.
Como tantos de vosotros que ni siquiera sabéis que existo, mañana, por una sonrisa de Sergio merecerá la pena seguir luchando. Y como dijo Becquer, por un beso... ¡yo no sé que te diera por un beso!

miércoles, 10 de septiembre de 2008

En el filo del tiempo

Una tarde en que me consumo,

ganando lo que pierdo,

perdiendo lo que traigo.

Si tu no estás, me alimento de tu recuerdo,

mi tiempo se escurre, se desliza por entre las rendijas,

se oculta entre las arrugas de mi piel,

plateando mi cabello.

Me alimento con tu imagen,

repito una y otra vez tus palabras,

beso tus manos en el viento.

Si no tuviera tu sonrisa guardada en mi corazón,

la noche arrancaria la luz de mis recuerdos.

martes, 9 de septiembre de 2008

Puedo y no puedo

Aun puedo llevarte en mis brazos cuando estás cansado,
transportar en volandas tu sueño para que nada lo perturbe.
Aun puedo secar tus lágrimas con mis dedos
y besar tus pies y tus manos.
Aun puedo arrancarte miles de sonrisas,
calmar tu llanto, tranquilizar tu espíritu.
Puedo seguir tu carrera, calmar tu sed,
abrigar tu invierno, proteger tu espalda.
Aun puedo soñar despierto, y pensar que mañana
el sol te iluminará sin quemarte.
Pero me tiemblan los labios por todo lo que no puedo.
Se me parte el alma por lo que no puedo alcanzar para ti,
por lo que no podré parar, proteger, abrigar.
Porque mis brazos se irán menguando, mi risa borrando,
mi frente deshojando.
Pero mañana saldrá el sol. Te cogeré de la mano
o aprisionarás mi dedo mientras caminas a mi lado.
Mañana, con solo decirme ¡papá, ven!
la primavera se asomará a mi alma, y seré feliz
durante un montón de eternos y fugaces segundos
con solo poder llevarte entre mis brazos.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Sin sueño

Cada noche me pierdo un rato
por los recuerdos,
atravieso las paredes con mi mirada perdida,
me sumerjo en cualquier espejo.
Deshago las horas de la vida,
desembalo los recuerdos.
Cada noche mi alma está perdida,
cada noche me pierdo.
El sueño huye esquivo de mi estancia,
se resbala por los filos de mi tiempo,
cada noche los recuerdos me reclaman
y entre sus brazos me enredo.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Y llegó Septiembre

Sí Sergio. Ya llegó Septiembre.
Aunque presiento que aun no entiendes lo que significa, la llegada del mes de Septiembre nos supone un momento esperado y temido a la vez. Una nueva etapa se abre para tí y para nosotros. Si siempre supone para los padres una cierta intranquilidad pensar como se sentirán y se adaptarán sus hijos al colegio, para nosotros, con la preocupación por tus dificultades para comunicarte y relacionarte, esto es mucho mas angustioso.
Aun no sabemos que medios y profesionales cuidarán de tu formación y educación, ni si te prestarán todo el apoyo que necesitas y todo el cariño que deseariamos.
Al menos has visitado el colegio cuando fuimos a hablar con el director. Espero que te sirva para que te resulte algo más familiar cuando empieces el curso. Sin embargo no te gustó nada estar en el despacho del director, y tirabas hacia la puerta con cara compugida.
Yo también creí percibir una cierta frialdad y una indudable indiferencia cuando le contamos para qué habíamos ido. Hoy sin embargo nos llamó para contarnos la gestión hecha en el EOE. A lo mejor mi impresión fue equivocada y estamos ante un buen profesional y una buena persona. Ojalá que sea así.
A pesar de todo, creo que empezamos un nuevo repecho.
Es posible que el camino sea duro, pero cogeté de nuestra mano que te llevaremos en volandas hasta donde sea necesario.