Sergio

Sergio

jueves, 1 de julio de 2010

POR LAS NUBES


Amanece.
Eso no tiene nada de especial.
Amanece todos los días. Cada día. Siempre. Desde hace tanto tiempo, que ni la más antigua roca estaba aún presente.
Pero hoy amanece para nosotros. Para ti y para mi. El resto del mundo es accesorio. Igual que nosotros somos accesorios para casi todos los demás.
Hoy vamos a caminar de nuevo. Cogidos de la mano, como a ti te gusta. Daremos un paseo por las nubes que se deslizan a este lado del Estrecho. Contigo de la mano parece que el mundo no tenga importancia, y miraremos hacia abajo, para ver pequeñitos a todos los demás.
Mojaremos nuestros pies en la orilla de la playa, esa playa de arena fina y viento de Levante.
Mientras pueda llevarte de la mano, mirando hacia abajo para ver tu coronilla, aún te podré llevar, y ser tu guía, tu apoyo, tu compañero de juegos. Si las cosas van como deben ir, un día serás tú quien mire hacia abajo para ver mi coronilla. Tal vez entonces, aun vayamos cogidos de la mano, pero no sabes cuanto deseo que cuando llegue ese día, tu puedes ser el guía, mi apoyo, y pueda dejarme ir en el arrullo de las olas, hasta olvidarme dulcemente de todos los amaneceres.