Sergio

Sergio

miércoles, 8 de octubre de 2008

Estrellitas en el corazón.

Hoy quiero felicitar a mi pequeño Sergio. Hoy quiero, aunque él no alcance a leerme, transmitir mi orgullo y mi satisfacción por los progresos con que cada día nos anima, con los que cada día nos emociona.
Aunque aun no puedo hacer desaparecer de mi alma la tristeza, si quiero contarle que nos sentimos muy contentos por verle tan feliz en su nuevo colegio, esforzándose cada día por aprender cosas nuevas, comunicarse con más personas, decir mas palabras, ayudar con sus terapias. También quiero expresar mi alegría, admiración y agradecimiento a su profesora, Adela, ya que nos transmite la seguridad de que se trata de una gran profesional y una estupenda persona, y contamos con que a su lado Sergio sea capaz de progresar todo lo posible. Mi agradecimiento a la gente que nos ha ayudado y orientado y a los que lo harán en el futuro, desde el equipo de orientación educativa, logopedas, psicopedagogos y otros profesionales en los que depositamos nuestra fe y nuestra esperanza, y que esperamos que siempre podamos mantenerla. También nuestro agradecimiento mas sincero a mi compañero y amigo Juan Antonio, y muy especialmente a su hija Mª Ángeles por su ayuda y generosidad.
Y en la cima de todo lo que hace que nuestros corazones latan con fuerza, sufran, rían y lloren, la personita que nos hace luchar cada día y de quien recibimos los abrazos y los besos mas sinceros, dulces y entrañables. Sergio. Que ha aprendido nuevas canciones, que hace la fila en el patio y va al frente de sus compañeros camino de clase o camino del recreo. Por ser obediente, por esforzarse, por superar sus miedos, por aprender poco a poco a ir al baño y por ser tan cariñoso y sonriente.
De nuevo, durante unos días, sale el sol en este Estrecho que compartimos con otros padres que viven emociones, alegrías y penas similares. La semana pasada tuve que pasar momentos que se me hicieron muy duros, que me recordaron que aunque avanzamos, que progresamos visiblemente por días, siempre tendremos que recordar que el camino está plagado de espinas, y que frente a los avances, también hay otros aspectos en los que el dolor puede mordernos.
De nuevo cogemos aliento para superar un nuevo repecho. Al menos, todavía puedo llevarte en mis brazos y abrazarte con fuerza. Todavía me quedan muchas fuerzas para pelear por ayudarte a tener el mejor futuro que pueda brindarte.
Ahora duerme. Que tus sueños sean muy felices.

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