Sergio

Sergio

martes, 18 de mayo de 2010

SI TUVIERA UN PEDACITO DE CIELO

Ojalá tuviera un pedacito de cielo para ti, un trocito donde volar seguro, sin coches que interrumpan tu vuelo ni que te pongan en peligro, sin huracanes que te arrastren, ni vientos que te derriben, sin miedos y sin esperas, sin gentes que te miren como no nos gusta, sin ruidos que molesten, solos tu y yo. Le pediría prestadas sus alas blancas a las gaviotas y nos pondríamos un par cada uno. Ya se que son aves un poco antipáticas y agresivas, pero son hermosas, y con tu dulzura y tu sonrisa, seguro que acceden a dejarnoslas por un ratito.
Yo tendría que seguir aprendiendo de ti. Aprender a volar, aunque siga con mis pies anclados en el suelo. Tendría que llenarme de la paciencia que a veces aun me falta, de la ignorancia que a menudo permite avanzar sin que nada nos importe, de la ilusión que pones en cualquier cosa, por pequeña o extraña que nos parezca.
Y los dos, cogidos de la mano levantaríamos el vuelo. Nuestras alas chocarían entre sí, pero en el mundo de los sueños a donde vamos ahora, eso no importa. Solo volar. Sentir el viento en la cara y que todo el mundo quede lejos, ahí abajo, y nosotros por encima. Puedo imaginar perfectamente tu sonrisa, que lo llena todo, y yo también sonreiré de nuevo, ahora que sonrío muchas menos veces que antes.
Quiero volar contigo para aprender de tu sonrisa y tu ilusión. Para aprender de ti.
Te quiero... mucho.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que bonito Eloy.
Si encontrais ese cielo y hay alas de sobra, porfa, prestarnos 4, dos para Jesus que a sus 9 años está mas inquieto que nunca y otras dos para mi. Para cogerle de la mano y desaparecer. Y volar lejos, lejos, lejos.
Esperanza